¡Valgame Dios!
El día que arranca ésta historia la vida de Yamilé cambiará por completo: conocerá a un hombre maravilloso, serio, responsable, y a un sinvergüenza. El problema es que no sabrá cuál es cuál y corre el riesgo de elegir al segundo. Bueno…en rigor, ése es sólo uno de los problemas que tendrá que enfrentar la pobre Yamilé para lograr ser feliz. Yamilé López es, como todas las López, preciosa, inteligente, divertida, trabajadora, buena gente, solidaria y víctima de un maleficio. Resulta que hace más de un siglo, a una tatarabuela de ella llamada Gudelia le salieron dos pretendientes: un buen partido y otro desastroso. Quiso la mala fortuna que la joven eligiera al desastroso, con la excusa de que ella lo iba a cambiar, segurísima de que con ella él sería distinto. Como es lógico le fue mal, pésimo le fue a la pobre Gudelia y, con el pasar de los años, lo mismo le ocurrió a Genara, su hija, y a Gumersinda su nieta y a Guillermina su bisnieta y…en fin, que toditas las López han tenido mala suerte a la hora de elegir a sus maridos y, en consecuencia, toditas son hijas del despecho. Ocurre que no se trata realmente de que tengan mala suerte en el amor las López, sino que sobre ellas pende un maleficio.
Pero retomemos éste cuento el día en que arranca ésta historia y que cambia por completo la vida de Yamilé.
Resulta que ese día Yamilé amanece con un pánico en el cuerpo: el de ser la única soltera y sin novio de todas sus amigas y ¡quedarse solterona para siempre! Parece mentira que una joven tan bella, simpática, trabajadora y buena gente se deje afectar por semejante miedo, pero así es. Conozcámosla mejor para entenderla. Ocurre y acontece que Yamilé se ha criado toda su vida entre vestidos de novia. Su mamá y su abuela la sacaron adelante gracias al único oficio que saben hacer y al que se han dedicado todas las López desde tiempos de Gudelia: el de costureras.
Yamilé saldrá a la calle tan nerviosa. Va a su primera entrevista de trabajo y tiene los nervios lógicos de quien no sabe si le darán el empleo. Pero su susto es otro. La verdadera angustia de Yamilé le viene porque se le mete en la cabeza la urgencia de conseguirse un marido. Un hombre maravilloso, porque tiene que ser maravilloso, guapo, serio, trabajador y responsable, que la libere de la angustia de ser la única solterona del planeta. No está fácil. Hombres que reúnan esas características no abundan, y la pobre Yamilé no conoce ni uno y necesita conocerlo ya. Resulta que sí lo va a conocer. Ese mismo día, en su apuro por llegar a tiempo a la cita de trabajo, se montará en un taxi conducido por Ignacio Castillo, un muchacho guapo, serio, trabajador, buena gente, solidario y bombero. Porque Ignacio es taxista sólo en los días libres que le dan en la Estación de bomberos donde ejerce esa muy noble profesión con la que arriesga cada semana su vida por salvar a los demás. En fin, un héroe. No más verlo, a Yamilé le dará un vuelco el corazón y a Ignacio le ocurrirá lo mismo al verla a ella. Ése es el hombre de su vida, pero…producto del maleficio, ese mismo día, un poco más tarde, conocerá también a José Alberto Gamboa, el sinvergüenza. José Alberto también es guapo, cuarentón y encantador. Tiene 25 años felizmente casado con Mariela y diez años felizmente empatado con Dinorah, su amante. Tiempo en el cual ha logrado tener siempre a una tercera “novia”, sin que ninguna sospeche de la existencia de las demás. Cuando Yamilé lo conozca, José Alberto estará terminando con una de éstas “novias”, la de turno, y producto de un equívoco y del maleficio, Yamilé jurará que es soltero y maravilloso.
Cuando Yamilé llegue esa noche a su casa y le cuente a su madre y su abuela que conoció a Ignacio y a José Alberto, Guillermina y Gumersinda se alarmarán seguras de que arrancó el maleficio. Y cuando confiese que el que más le gustó fue Ignacio, todas jurarán que ése es el equivocado y que el correcto debe ser José Alberto. Y ésa podría ser la historia que les vamos a contar con ésta telenovela, la de cómo la pobre Yamilé conoció al hombre de su vida y a un sinvergüenza y, por culpa de un maleficio, escogió al segundo…y lo es, en parte, sólo en parte, porque ésta historia se complica mucho más.
Capitulo 1
Capitulo 02
Capitulo 04
Capitulo 05
Capitulo 06
Capitulo 07
Capitulo 08
Capitulo 09
Caitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
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Capitulo 48
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Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
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Capitulo 80
Capitulo 81